29 de octubre de 2008

Lista...

Hoy, con toda la certeza de la que soy capaz, puedo afirmar que estoy lista, que confío en mí, que estoy dispuesta a apostarle a la vida, que puedo dar el ancho sabiéndome capaz de mirar más intensos todos los colores.
Estoy lista, y por segunda vez mi cuerpo pide a gritos dar vida...

27 de octubre de 2008

Cuando las palabras no alcanzan...


Llevo una semana buscando las palabras exactas, intentando armar párrafos llenos de sentido, y mi misión ha fracasado. No tengo muchas palabras, no las he encontrado, al menos no las que quiero, aquéllas que describen la experiencia completa. Todas las que encuentro son palabras definitivas, de esas que al intentar nombrar algo lo dejan paralizado, estático, congelado, finalizado. Y tampoco quiero quedarme en el silencio, en ese silencio que huele a vacío, a indiferencia.

Me rindo! No hay de otra, si quiero que me leas tendré que recurrir a las palabras. Por favor, léelas despacito, sin prisa, sílaba a sílaba, como si al leerlas me ayudaras a que la experiencia siga asimilándose, a que la experiencia no tenga punto final. Lee cada una de estas palabras con la consciencia de que se han quedado cortas... al menos para esta semana.

Gente, gente por todos lados, rostros conocidos con nombre e historia, otros tantos que me resultaban familiares pero no lograba recordar el nombre y su historia. Otros rostros completamente nuevos. Y ahí estoy, sentada frente a dos pequeños grupos, miro los rostros y prácticamente todos son conocidos. Y de pronto ahí están sus historias como terapeutas, sus historias con sus pacientes. Y ahí estoy yo, escuchando sus historias e intentando ser de utilidad, intentando recurrir a todo lo que sé (y a lo que no) para intentar alumbrar otros senderos de su camino como terapeutas. Qué gusto saberme reconocida por mis ex-alumnos, qué gusto saber que confían en mí, qué gusto saber que he dejado huella, qué gusto reencontrarlos...

Gracias queridos Maestros, gracias Guy Pierre, Mónica, Paco, Anita, Carmen, por dejarme ocupar un lugarcito del otro lado, de ese lado donde todos escriben lo que ustedes dicen, de ese lado donde siguen surgiendo preguntas, y donde puedo admirarlos y seguir aprendiendo...

Una comida deliciosa, alitas y costillitas BBQ cocinadas en el norte de la ciudad, y traídas directamente hasta mi cocina, listas para servirlas a mis amigos. Lo sé, Mamá, sé que lo haces porque me quieres, sé que has querido ayudar, pero sé también que esta vez guisaste para ellos, para estas personas que quiero tanto y que han acompañado amorosamente mi dolor...

Comida, ruido, plática, reclamos, risas, humo. Mi casa se llena de voces, de rostros, de historias, de MI gente. Me gusta tanto recibirlos en mi casa, me gusta tanto que traigan tanta vida a cada rincón de mi casa, me gusta que les guste la comida, me gusta que les guste el helado. Dejen de sentirse COMO en casa, esta ES su casa y son bienvenidos siempre...

Mi querida Salamandra, qué bien haberte visto de nuevo, qué bien volver a escuchar tu risa. Tu presencia, bastante breve por cierto!, me ayuda a ser consciente de cuánto te extraño y cuánto deseo platicar largo y tendido contigo...

Gracias, mi querido pelirrojo, por ser suficiente motivación para nadar como enajenada y retomar el ritmo para volver a ejercitarme...

Mi Consen, como siempre un rato contigo (breve o no) es un placer, me ayudas a aterrizar, a ver las cosas de otra forma, a divertirme como enana riéndonos de nuestras bromas. ¿Sabes cuánto te quiero? Ojalá...

Carmen, gracias!! No tengo otra palabra para tí, gracias por ser mi Maestra, por ser a ratos una fuerte inspiración, gracias por interesarte en mi historia, estoy especialmente agradecida por hacerme saber que, cada vez que nuestras miradas se cruzan, nos acercamos mucho más.

Un rico quesito, jamoncito, cervezas, tequilas, una larga noche de amigas. Aquí sí, sin palabras, adivínenlas ustedes, estoy segura de que sabrán... TIU TIIIUUUUU!!...

Corazón, gracias por el thé y el rico pastelito. Gracias también por escribirme enmedio de una larga noche de trabajo, gracias por acompañar mi semana con una presencia sutil, suave, respetuosa, a veces silenciosa. Esa también es una generosa manera de hacerte presente...

Una hermosa obra de teatro, el sol que se oculta casi sin que me dé cuenta, fotos con Pumba y Skar. JM y AR son los protagonistas de la tarde, llenan mi vida de abrazos, de palabras, de música, de risas, de complicidad. Gracias JM, noto tu mirada cada vez que nos encontramos con un bebé, sabes que me duele, y sé que me acompañas con tu curiosidad y tu mirada. AR, sabes que te amo profundamente y que tus abrazos y besos hacen que mi corazón se ponga blandito...

Mi Poggibonsi, estás presente en cada minuto de mi vida, te piense o no. Sé que a veces no es fácil comunicarnos, sé que nos lastimamos, pero también sé que detrás de las palabras, del silencio, de la compañía, de las sonrisas, de las miradas, de la piel, hay un amor profundo...

Sí, te he hecho leer mucho, y sin duda me he quedado corta con las palabras. ¿Esto ayuda a que tengas una idea de la semana que tuve? Ojalá... el resto, imagínatelo, intúyelo, antójatelo, rellénalo con las palabras que a tí se te ocurran. Estoy dispuesta a leer tus palabras, como lo has hecho con las mías...

19 de octubre de 2008

Llorar de amor y de dolor...


"Lo que ocurre es que la lluvia es un llanto (...) La lluvia es salud. Si el entorno llora es porque vive. ¿Qué diferencia habrá entre llorar de amor y llorar de dolor?"
- M. Benedetti.

Ayer, cada lágrima que nos regalaron fue de amor y de dolor. Sé que fue de dolor justo porque hay amor.
Gracias por acudir al llamado, gracias por cada palabra, gracias por cada minuto, gracias por cada lágrima. Me han hecho sentir querida, acompañada, sanada. Me han ayudado a saber que la muerte de Leonardo ha movido de muchas y muy variadas maneras a tanta gente, y eso ayuda a aliviar el dolor.
Gracias a sus palabras y a su amor poco a poco he ido aprendiendo la lección. Me ha tocado aprender sobre pedir, recibir, saberme amada, sentirme acompañada, probar mi fuerza, saberme vista, esperar el mejor momento, fotalecer los vínculos.

Tengo pocas palabras hoy, las he buscado una y otra vez para agradecer.
Quizá lo más que puedo hacer es decirles que hoy fue un día diferente... hoy lloré, y bailé, y canté, y me reí como hace meses no lo hacía.
Gracias por llorar conmigo por dolor y por amor.

16 de octubre de 2008

Cuatro meses extrañándote.

Hace unos días tu papá me hizo una pregunta que me paró en seco: "Si existiera la remota posibilidad de hablar con Leonardo, ¿qué le dirías?"

No pude contener el llanto, nunca había pensado en la posibilidad de hablarte, de comunicarme contigo. Lo hice tantas veces mientras crecías dentro de mi vientre, y el día que naciste no tuve suficiente tiempo para mirarte a los ojos y decirte "Bienvenido, te quiero". Tu paso por esta vida fue fugaz, y no tuve tiempo de conocer tu rostro, de tocar tu piel, de alimentarte con mis pechos.

Hoy hace cuatro meses que sigo llorando porque nuestra historia juntos terminó. Y tal vez la mejor forma de recordarte a cuatro meses de tu muerte, es responder a la pregunta de tu padre.

Si pudieras escucharlo, quiero que sepas que te amo profundamente, te amo incluso antes de que existieras en mi vientre, te amo desde el momento en que dijimos "Sí!", te amé cada momento en el que lloré de alegría por saber que habitabas ya mi cuerpo. Amo cada momento que compartimos, cada melodía que te hizo brincar dentro de mi vientre, amo cada recuerdo de las palabras que tu papá decía y a las que respondías con tus brazos y tus piernas. Amo el vibrante sonido de tu corazón.

Y con la misma intensidad con la que te amo, también te extraño. Extraño saberte ahí, tan real como cada célula de mi cuerpo. Extraño tu presencia constante, inquietante, misteriosa. Extraño los deliciosos momentos en los que con tus movimientos te sabía tan presente, tan vivo.

Y con la misma intensidad con la que te amo y te extraño, te lloro. Lloro por cada momento que imaginé contigo. Lloro porque tu historia fue corta. Lloro porque no pudiste conocer y disfrutar a tus primos que te esperaban con tanta emoción. Lloro porque JM nunca pudo cuidarte, protegerte e incluso compadecerte por la mamá que te tocó. Lloro porque AR no pudo acunarte en sus brazos a pesar de su gran anhelo de hacerlo. Lloro porque los brazos de tus abuelos nunca pudieron abrazarte. Lloro por mi hermano con el que hubieras disfrutado mucho jugar. Lloro porque no pudiste jugar, y pelear, y negociar con los hijos de mis amigos. Lloro por mis amigos, por todas esas personas que se atrevieron a soñar contigo y a esperarte con ilusión. Lloro por el himno de los Pumas que no podrás cantar.

Y lloro tanto y tantas veces por tu papá, por ese hombre maravilloso que se preparó para ser padre, que se quedó sin aliento cuando vió por primera vez tu corazón latir, que se emocionó al verte crecer dentro de mi vientre, y que nunca pudo jugar contigo como lo ha hecho con otros pequeños.

Y lloro por mí, con un llanto a veces silencioso y a veces ensordecedor. Lloro por mis brazos vacíos, por mis noches de largo y profundo sueño. Lloro con toda la intensidad de la que mi alma es capaz, porque te amo, porque te extraño con todas mis fuerzas, porque tu ausencia duele como nunca en mi vida pensé que algo pudiera doler, lloro porque nuestra historia tiene ya un punto final.

Desde hace cuatro meses te amo, te extraño, te lloro...

13 de octubre de 2008

"No lo sé"


"No lo sé", esa es la única respuesta que tengo a todas tus preguntas. No sé qué pasó, no sé por qué, no sé si creer en el destino. Simplemente no sé, y no creo poder saberlo algún día. No sé qué pueda suceder, y tampoco sé si quiero que suceda.

Lo que sí sé es que me has hecho bien, y que estoy agradecida por ello.

12 de octubre de 2008

Locura


Hoy, otra vez, me visitó la locura.
De nuevo esta horrible sensación de estar atrapada, de querer estallar, de sentir que mi sangre hierve, de sentirme capaz de cualquier cosa. De nuevo este dolor indescriptible, saberme perdida, sin rumbo.

Hoy, otra vez, me pregunto si algún día volveré a saber que mi corazón late porque sigo viva, y no porque me estoy muriendo.

10 de octubre de 2008

Bien...

Sí, mi Poggibonsi, sin duda tu presencia y tu amor me hacen bien.

8 de octubre de 2008

5 de octubre de 2008

Ayer, sólo obscuridad.


"Al menos, en la obscuridad se aprende algo. Particularmente se valora la importancia de la luz."
-M. Benedetti




Ayer, súbitamente, todo se volvió negro. La respiración no era suficiente, mi piel ya no era mía, mis piernas dejaron de sostenerme, mis oídos sólo escuchaban mi propio llanto, mi alma gritaba desesperadamente. Ayer, como nunca antes en mi vida, me sumergí en la obscuridad. Ayer, la vida dolía tanto que parecía no valer más la pena.
Ayer, la completa desolación del silencio, del vacío, inundaron cada segundo que parecía durar días enteros.

Y bastó escuchar una voz conocida para convencerme de que sí existía, de que si hay alguien que podía hablar conmigo es porque yo todavía podía articular palabras. Bastó saber que alguien vendría en mi rescate, que alguien podía cambiar sus planes para correr a sostenerme. Gracias, Miss!!
Y bastó también saber que alguien lloraba en silencio mientras intuía que yo me derrumbaba. Gracias, Mamá!
Y bastó el interés y la preocupación de quien apenas me ha ido conociendo. Gracias!
Y bastó una larga tarde, una rica comida, una plática honesta, volver a reir contigo como antes, saberme vista y escuchada. Gracias, mi querido Consen!
Y bastó saber que allá afuera hay gente que no se olvida de que yo sigo aquí, marcada para siempre por el dolor, y tan necesitada.
Bastó eso para saber que, a veces, hay que atravesar por la obscuridad, para confiar en que también hay luz.

2 de octubre de 2008

Feliz Aniversario... tú allá y yo acá.





Hoy, mi Poggibonsi, no tengo muchas palabras. Quizá porque muchas de ellas están permeadas por el dolor, quizá porque muchas otras te las has llevado contigo.
Hoy celebramos 9 años de vivir juntos.
Hoy despierto con tu ausencia deseando poder tenerte a mi lado y decirte: "Feliz Aniversario".
Hoy despierto con las ganas de rodearte con mis brazos, besar tus labios, saberte mío.
Hoy despierto, también, con tu firme promesa de que intentaremos reconectarnos.
Hoy alzo mi mirada al cielo y susurro "Te amo", deseando que pudieras escucharme.
Hoy desearía que estuvieras aquí para recordar la historia que hemos construido juntos.
Hoy, más que nunca, tu ausencia duele porque hay dos ausencias en mi casa.
Hoy, simplemente, me haces falta.
Feliz Aniversario. Tú allá y yo acá.